¡Tenemos Vive Latino 2026!
El ritual sonoro que vuelve a encender la Ciudad de México
2025-10-14 02:06:59 - Emmanuel
El festival más emblemático del circuito musical iberoamericano regresa con fuerza este 14 y 15 de marzo en el Estadio GNP Seguros. En su edición número 26, el Vive Latino reafirma su papel como archivo vivo de la música popular, espacio de encuentro generacional y ritual colectivo que trasciende géneros, fronteras y formatos. Más que un evento, el Vive es una cápsula emocional que condensa el pulso cultural de una región que canta, grita y recuerda.
El cartel de este año es una declaración de principios. Figuras como Cypress Hill, Lenny Kravitz, Los Fabulosos Cadillacs, Juanes, Tom Morello, Trueno, Maldita Vecindad, Illya Kuryaki and the Valderramas, Fobia, Enjambre y Banda Machos encabezan una programación que mezcla leyendas consolidadas con propuestas emergentes. La curaduría apuesta por la diversidad sonora y emocional, con actos que van del hip hop latino a la psicodelia funk, del punk-folk al regional mexicano, sin perder el hilo ritual que une a cada artista con su audiencia.
Aunque el festival se define como iberoamericano, esta edición no incluye representantes directos de España o Portugal. En su lugar, el enfoque se centra en la potencia latinoamericana y el cruce con artistas de Estados Unidos que comparten raíces culturales o afinidades políticas. La presencia de Tom Morello, por ejemplo, no solo aporta virtuosismo guitarrístico, sino también una carga simbólica de resistencia y crítica social que conecta con el espíritu irreverente del Vive.
Más allá del cartel, el Vive Latino 2026 promete expandir sus zonas temáticas, experiencias sensoriales y espacios de comunidad. Se espera una mayor integración de activaciones, homenajes y cápsulas de memoria que conviertan al festival en un archivo emocional en tiempo real. En un contexto donde lo efímero domina, el Vive insiste en el legado: cada acto es un conjuro, cada coro una forma de resistencia, cada encuentro una oportunidad para ritualizar lo que somos.
Desde Tijuana, donde la irreverencia es forma de vida y la música se vive como acto político y emocional, celebramos este encuentro como lo que es: un ritual compartido, un archivo vivo de lo que nos une. Porque el ruido también es memoria, y el festival, una forma de decir que seguimos aquí.